jueves, 30 de diciembre de 2010

Cuento: Los últimos salileros

Cuento: Los últimos “salileros” – Libro: No sé si he sido claro

Nos persiguieron, señor, nos persiguieron. Mismamente que animales, no que cristianos. Nos echaron de todas partes, señor, nos quitaron todo. Usted nos ve ahora así, débiles y desparramados, señor, pero los salileros supimos ser fuertes.
Claro, no estábamos aquí, estábamos en otra parte, lejos de aquí. Y era un gusto vernos en los domingos de fiesta, señor, cuando había partido. ¡Así de gente los carros y los camiones llenos de salileros hacia la cancha! Con estos colores, señor, los que usted ve en la vincha. Y la cancha, señor. No sé si había alguna mejor en todo el país, vea lo que le digo, no sé si había alguna mejor. Y venían Boca y River y también San Lorenzo y se iban humillados, señor. Los grandes decían que eran, señor, los grandes, pero de ahí se iban con la cola entre las piernas. Y era una fiesta eso, señor.
Ahora nadie se acuerda de los salileros nadie se acuerda de cuando éramos fuertes y llenábamos de banderas y trapos las canchas. Nadie se acuerda, señor. Ni saben por qué nos llamamos "salileros", señor, ni eso recuerdan las gentes. Venían River o Boca o San Lorenzo con esos equipos bárbaros y cuando se venían al ataque todos nosotros gritábamos " ¡salíle! ¡salíle!" a los nuestros, para que les hicieran cara, señor.
Por eso nos decían los "salileros".
Ellos se venían con esas estrellas famosas que salían en las figuritas y en las tapas de "El Gráfico", señor, una vez por año venían, y ahí, en nuestra cancha se hacían pequeñitos, así quedaban los pobrecitos cuando nos veían a nosotros en las tribunas repletas, que cuando me acuerdo me vienen lágrimas a los ojos señor.
Y siempre la justicia en contra. Siempre la justicia en contra. Como no podan con nosotros los porteños, nos ponían los jueces en contra. Nosotros éramos buenos, señor, buenazos. Gritábamos nomás, a grito pelado, para alentar a los nuestros. Alguna piedra de vez en cuando, también, cuando ya veamos que la injusticia era muy grande o los contrarios muy superiores. Esa es la verdad, señor. A nadie le gusta verse humillado en su propio campo. Pero nada más que eso. Y empezaron a perseguirnos, señor. Siempre los jueces en contra, nos penalizaban, señor. Nos echaban jugadores por pavadas, señor. Y los linieres, señor, cierro los ojos y veo todavía esas banderas amarillas o solferinas levantadas, señor, porque alguno de los nuestros había invadido terreno prohibido. ¡Terreno prohibido, señor, si la cancha era nuestra! La habíamos ido levantando nosotros mismos, con esfuerzo señor. Con sacrificio. Era nuestro orgullo. Siempre los porteños persiguiéndonos. Es cierto que degollamos a Candelo, señor. ¡Pero ellos habían quebrado a Solibarrieta! Candelo, el juez Candelo Permítame que escupa señor. Y al domingo siguiente tuvimos que ir a jugar a otra cancha porque nos habían suspendido la nuestra. Por ahí cerca, pero en otra cancha. Y también hubo lo porque los salileros ya estábamos enojados, señor, muy enojados. Nosotros somos buenos, pero la injusticia era mucha. Los porteños nos perseguían, señor, como a animales. Nos provocaban para que nosotros más nos enojáramos señor y más nos castigaran. Al Junín tuvimos que ir a jugar después señor. Daba pena, le juro, ver esa caravana de hombres, ancianos, mujeres y niños, en carros y camiones, yendo hacia el Junín para seguir los colores de nuestro equipo señor, los mismos que usted ve en esa vincha, señor. Con un frío terrible y la lluvia. Con los abuelos, con enfermos, con los perros. Le pegamos a un linier en Junín, señor, un infame, y de ahí también nos echaron, también de ahí. ¿Adónde íbamos a ir a jugar, señor, adónde íbamos a ir?
Cada vez éramos menos, castigados por la policía, por las cárceles, los salileros cada vez éramos menos. Los más viejos se fueron quedando en el camino, por esos caminos, cansados de seguir la divisa. Y perdimos la divisional, señor, la perdimos, nos fuimos a la "B", que no es deshonra, señor, pero no es lo mismo. Los tiempos de gloria se habían alejado de nosotros señor, nos habían dejado de lado.
Y siempre la justicia en contra señor. Siempre en contra. Nos castigaban por cualquier cosa, por pavadas señor, por tonteras. De la "B" también bajamos, señor.
Ya ni cancha teníamos para jugar, nada era nuestro. Algunos de los muchachos jugaban descalzos, señor, tan, pobres éramos. Y casi nadie para alentar, sólo un grupito, chico. Las otras hinchadas se aprovechaban, señor, y nos pegaban, nos corrían, nos humillaban. A nosotros a los salileros, que habíamos sido fuertes y poderosos y que cuando gritábamos todos juntos no dejábamos que se escuchara ningún otro canto, señor. No nos perdonaban el haber sido fuertes, señor. A la "C" nos fuimos señor, pero ya no teníamos más ganas de pelear, ni jugadores, ni cancha, y ramos un puñadito los que alentaban, señor. Cada vez más lejos de nuestras tierras, cada vez menos parecidos a nosotros mismos. Si hasta el color de las camisetas se había borrado con el tiempo, señor, con las lavadas, con el tierras de los potreros inmundos donde teníamos que ir a jugar, señor, nosotros, que habíamos sabido del césped verde y el olor del césped verde recién cortado, señor.
Y aquí estamos, señor, para que cada tanto venga alguien como usted para investigamos como a animales raros. Los últimos que quedamos, señor. Los últimos salileros. Los porteños nos persiguieron mucho, señor. Muy mucho nos persiguieron. Si hasta los domingos nos quitaron, señor. Hasta los domingos.

Roberto Fontanarrosa


Roberto Fontanarrosa - Biografía

"De mí se dirá posiblemente que soy un escritor cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro".

Roberto Fontanarrosa


1944:
Era domingo y el parto había sido normal, salvo por un detalle el bebé resultó negro y canalla. El 26 de noviembre nace en Rosario (Argentina) Roberto Fontanarrosa -El Negro- humorista gráfico, escritor e hincha de Rosario Central. Ese mismo mes aparece la revista "Rico Tipo", cuna de las osadas "Chicas de Divito" y exponente de una década en que la historieta y el humor gráfico argentino crecen y se consolidan.
En mi niñez fue todo normal, todo común, sin catástrofe, sin privaciones terribles y sin acontecimientos sobresalientes. Mi niñez no da ciertamente para escribir una novela angustiante. Ni da tampoco para una historieta.

1954:
El pequeño Fontanarrosa se encuentra con su verdadero amor: la pelota, Va a la cancha por primera vez a ver un partido entre Rosario Central y Tigre. Si hubiera que ponerle la música de fondo a mi vida, sería la transmisión de los partidos de fútbol.

1957:
Fin de la escuela primaria: "Andá al industrial porque en la industria está el futuro del país. Lo que se estudia ahí tiene una aplicación", le recomienda el padre. "Que haga lo que le guste, pero por si acaso que estudie inglés", acota la madre al verlo copiar insistentemente los dibujos de "Rayo Rojo", "Puño Fuerte", "El Tony" y "Misterix". Por esa época inicia el curso de los "12 Famosos Artistas" que la Escuela Panamericana de Arte dictaba por correspondencia.

1961:
Negado para las matemáticas, la física y la química, Fontanarrosa deja el secundario después de repetir tercer año. No siento ninguna frustración por haber abandonado: al fin de cuentas soy un precursor de la deserción escolar. De esos días, el único recuerdo agradable que se conserva es el de los días miércoles al mediodía que salía del colegio para comprar en el kiosco "Hora Cero". La revista, fundada por Héctor Germán Oesterheld, es considerada un hito de la historieta.

1962:
Se viste- por primera vez- de traje para viajar a Buenos Aires, En busca de trabajo llega a editorial Columba, donde le prometen un guión, pero la propuesta nunca se concreta y Fontanarrosa se vuelve a Rosario.

1963:
Empieza a trabajar en la agencia de publicidad de Roberto Reyna y le va bien, aún a su pesar. Trabajaba sin la menor convicción. Es que siempre me pareció imposible que una persona pueda comprar un vaso porque alguien se lo inculca en un aviso.

1968:
El año del Mayo francés, del asesinato de Martin Luther King y de la dictadura de Juan Carlos Onganía, Fontanarrosa publica su primer chiste: un policía muestra su bastón manchado de rojo-sangre dice " no hay ninguna duda, eran comunistas". EL trabajo-que recuerda al "palito de abollar ideologías" de Mafalda. Dibujado más o menos para la misma época- aparece en la revista rosarina "Boom". La publicación había convocado al dibujante para ilustrar las tapas serias en color (cosa que para mí era totalmente nueva, porque ya había crecido con historietas blanco negro). A falta de alguien que hiciera la página de humor, la dejan también en sus manos.

1971:
Año memorable para Rosario Central, que por primera vez, sale campeón. Gol inolvidable el que hace Aldo Poy de palomita, gracias al cual los leprosos de Newells quedan eliminados en la semifinal. En homenaje a esa histórica jornada, Fontanarrosa escribió el cuento "19 de septiembre de 1971", incluído en Nada del otro mundo, la compilación que Ediciones de la Flor publicó en el 88.
En pleno auge de la era James Bond, Fontanarrosa crea una parodia del agente secreto- 75 páginas dibujadas en tinta china- , de la que sólo se publican capítulos en la revista rosarina "Tinta". Boogie, el aceitoso es el descendiente directo de este personaje que reeditará la Universidad de Rosario. También en "Tinta" aparece otro trabajo, hecho con estilográfica: Tadea y sus hijos, una historieta "a la italiana" donde todo lo que ocurre es terrible.

1972:
Surge en Córdoba la revista humorística " Hortensia", que llega a tirar más de cien mil ejemplares por números. Dirigida por Alberto Cognigni, colaboran en sus páginas Caloi, Brócoli, Lolo Amengual, Crist, Ian, y el propio Fontanarrosa, entre otros. 
Era una gran vidriera para muchos de nosotros. Aquí fue donde ya me dejé de complejos y me lance a la historieta, copiando sin asco a (Hugo) Pratt.
"Hortensia" fue la madre de sus dos hijos Boogie el aceitoso e Inodoro Pereyra, el renegau.
A fines del 72 aparece también "Satiricón", donde el humorista publica unas historietas basadas en cuentos de Borges, en películas o en best-sellers famosos.
¿Quién es Fontanarrosa? Preguntaba en su tapa el primer volumen de humor gráfico de este artista de 28 años publicado por Ediciones de la Flor. A partir de entonces, y con ese sello, aparecieron tomos humorísticos suyos sobre casi todos los temas: el fútbol, el sexo, el fútbol, la política, el sexo, la cultura, el fútbol....

1973:
La nueva contratapa del diario "Clarín" es un signo del fortalecimiento del género de la historieta y el humor 7gráfico argentinos, que ya no necesitan de modelos ni de nombres importados. Convocada por Caloi, se instala en el matutino toda una banda de humoristas autóctonos: Viuti, Tabaré, Altuna, Dobal, Ian, Rivero, Crist y - por supuesto- Fontanarrosa, que allí continúa. Desde entonces, muchos lectores empiezan a hojear el diario por la parte de atrás.

1974:
Nace la revista "Mengano", adonde emigran varios de los integrantes de "Satiricón": Limura, Bróccoli, y Amengual, así como Viuti y Fontanarrosa que trabajan simultáneamente en las dos publicaciones. Para la mismo época el humorista colabora también en otros proyectos tales como "Chaupinela" y " La Cebra a Lunares "- Medio a la fuerza, a "Mengano" se muda el renegau.
Es mismo año, Inodoro hace rancho aparte: Ediciones de la Flor publica la primera compilación de sus aventuras, puntapié de una serie que ya ha superado la veintena de volúmenes. A Boogie le bastó una bazuca y una granada de trotyl para conseguir -en buenos términos- que la editorial lanzará también el título inicial de su colección, que ahora ya tiene doce tomos.

1976:
Inodoro se instala junto a la Eulogia y el Mendieta en el diario "Clarín". Luego de pasar por diferentes secciones se incorpora a "Viva", rediseñada revista dominical del matutino.
Para entonces el bar "El Cairo", en Rosario, se había transformado ya en el sitio de encuentro de la "mesa de los galanes", después inmortalizada en uno de los libros del humorista: una veintena de hombres se reúnen todas las tardes y lo fantástico es que no se habla de nada importante, es la insoportable levedad de la conversación.

1979:
Boogie toma por asalto las páginas del quincenario "Humor Registrado". No se producen víctimas ni daños materiales. En su larga y violenta vida, la historieta se publica también en el semanario "La Maga" y en publicaciones mexicanas y colombianas. He recibido muchas cartas en contra Boogie, pero las más preocupantes eran las que me llegaron a favor. Eran una cosa terrible, tipos felices porque por fin llegaba alguien que les pegara a los negros y a las mujeres.

1980:
Fontanarrosa. Comienza a colaborar en la elaboración de los espectáculos de Les Luthiers. Los conocí personalmente cuando presentaron "Mastropiero que nunca "en Rosario y se quedaron en la ciudad una semana. En esa época querían formar un grupo de apoyo que les tirara ideas, el grupo no se formó pero yo empecé a trabajar con ellos.

1981:
Editorial Pomaire publica Best Seller, novela inicial de Fontanarrosa. El mismo sello lanza, al año siguiente, El área 18, su secuela.

1982:
El mundo ha vivido equivocado sostiene Fontanarrosa en el título del primer libro de cuentos, publicado por Ediciones de la Flor. A él le siguen No sé si he sido claro, Nada del otro mundo, Uno nunca sabe, El mayor de mis defectos y La mesa de los galanes, entre otras compilaciones de relatos.

1984:
Aparece en el mercado "Fierro", una revista que promueve la experimentación temática, narrativa y técnica de la historieta, un género que - para entonces- ya ha perdido su ingenuidad inicial. A sus páginas se incorpora, algunos años después, la serie Semblanzas deportivas creadas por Fontanarrosa así como las aventuras de Sperman, un donante de esperma.

1985:
Ediciones de la Flor reedita Best Seller, un verdadero éxito de ventas- tal como su nombre obliga - y también El área 18. Aparece, además, una novela nuevecita, “La Gansada”.

1994:
Año mundial. El humorista es contratado por "Clarín" para comentar los partidos jugados por la selección argentina en los Estados Unidos. Hay que decirlo: en realidad, son narrados por la Hermana Rosa, una mentalista que predice los resultados. En 1994, además, recibe el Premio Konex.

1995:
Para cuando aparecen los cuentos La mesa de los galanes, los galanes ya se habían mudado de mesa. Dejaron El Cairo para instalarse en un nuevo bar, la Sede.

1998:
Inodoro Pereyra el renegau, cumple 25 años y los festeja con usted

Negro Fontanarrosa - Inodoro Pereyra

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